Seguimos con nuestra serie sobre los factores que más envejecen al ser humano.
En nuestras últimas entradas hemos hablado acerca de las manchas, las arrugas finas y los tumores que produce la exposición solar.
Hoy nos gustaría tratar otro tema al que le prestamos poca atención pero que es imprescindible a la hora de mantener un aspecto joven y saludable.
Estamos hablando de la actividad física y la vida sana.
Mantener una alimentación variada y baja en grasas saturadas es primordial para aportar nutrientes, vitaminas y minerales a las células de nuestra piel, músculos y órganos en general. Una buena alimentación se traduce en una mejor figura, eso es de sobra conocido, pero también se traduce en una mayor calidad de la piel y en un mejor aspecto general de la misma.
De la misma forma, hábitos poco saludables como la ingesta de grasas saturadas o el tabaco pueden afectar a nuestra micro-circulación sanguínea, haciendo que la piel aparezca apagada, más flácida y con menor densidad . Además, estos factores son responsables de la aparición de enfermedades que todavía pueden empeorar más el aspecto de nuestra piel.
Una actividad física regular, por el contrario, contribuye a adquirir una mejor postura corporal, con huesos y músculos más fuertes. Este simple aspecto es reconocido inconscientemente por nuestro cerebro como un signo de juventud de forma instantánea.
Al mismo tiempo, el ejercicio físico mejora la circulación sanguínea en la piel así como su oxigenación, produciendo un aspecto más sano y favorecedor a nivel del cutis.
Como casi todo, la actividad física en exceso puede producir efectos contrarios a los deseados en forma de problemas posturales o lesiones. De la misma forma, algunos ejercicios excesivamente intensos no dan tiempo a la oxigenación de los tejidos, por lo que no mejoran el aspecto de nuestra piel y pueden producir roturas de las células musculares que llenan de sustancias nocivas el torrente sanguíneo.
Lo mismo ocurre con las máquinas de electroestimulación, muy de moda en los últimos tiempos. Estos sistemas pueden ser beneficiosos en muchos casos (incluso para mantener el tono muscular en pacientes que no pueden hacer deporte por una insuficiencia cardíaca, por ejemplo) pero siempre bajo una supervisión acreditada. El ejercicio con estas máquinas simula un ejercicio real en muchos aspectos pero es más complicado establecer los límites de la resistencia muscular que practicando cualquier deporte, por lo que puede producir rotura muscular y problemas médicos con más facilidad que una actividad física estándar si la supervisión no es adecuada.
Este tema dará para una entrada propia en este blog más adelante puesto que hay mucho que analizar.
En definitiva, la actividad física, la alimentación adecuada y los hábitos saludables no sólo son beneficiosos para la salud sino también para la belleza de nuestra piel.
Si quieres más información sobre cómo llevar una vida sana y mantener tu piel joven, visítanos en nuestra clínica.